lunes, 8 de noviembre de 2010

Johnny Mnemonic, cyberpunk descafeinado

Johnny Mnemonic (1995) es una película dirigida por Robert Longo y que está basada en un relato corto de William Gibson uno de los padres del cyberpunk. Cyberpunk, genero literario nacido en los 80 y en el que se mezcla la ciencia avanzada con un cambio radical en el orden social. Diferencias sociales muy grandes. Los ricos son muy ricos, los pobres muy pobres. Los ricos están corruptos por el poder y el dinero. Los pobres piensan en la revolución y en destruir el orden social establecido. Buscan el caos del que surgirá una nueva era más igualitaria. Os suena, lo hemos visto millones de veces, desde Blade Runner a Matrix, y Gibson fue uno de los primeros que lo escribió. Que pena que todo esto no se plasmara en la película. La función de director es más importante y difícil de lo que parece.
Robert Longo fue un artista que desarrolló la mayoría de su obra en pintura y escultura, aunque también tiene un cortometraje de 80 minutos, Arena Brains (1987).
Johnny (Keanu Reeves) es un transportador de información. Un implante en su cerebro le permite copiar grandes cantidades de datos (160 "impresionantes" Gigabytes). Las grandes compañías utilizan las "mulas cibernéticas" para introducir información secreta en otros países.
El motivo por el cual Johnny realiza este trabajo es meramente económico pero con un trasfondo más sentimental. Necesita un millón y medio de dólares para quitarse el chip de la cabeza y recuperar su memoria. Es un personaje sin pasado, mejor dicho, con un pasado que no recuerda. Este planteamiento parece interesante pero todo se pierde a los diez minutos cuando te das cuenta de que la película va a tirar por otro lado. Un personaje de estas características podría ser utilizado de infinitas maneras que conseguirían atrapar al espectador. Ir descubriendo poco a poco el pasado de Johnny haría que nos preocuparan sus aventuras pero no hay nada de esto en todo el film. Y este vago Macguffin, se diluye en un argumento que aboga más por los tiroteos que por la profundidad de los personajes.
Todo se tuerce cuando Johnny tiene que realizar un último trabajo, transportar unos archivos de 320 Gigas de peso. Algo que supera por mucho la cantidad máxima de su cerebro. El exceso de datos obliga a Johnny a deshacerse de esa información antes de 24 horas o su cerebro sufrirá una sobrecarga y morirá. Además, durante la carga, los Yakuza atacan el piso franco para hacerse con la información. Los Yakuza son la mafia más importante del planeta y son contratados por las grandes compañías para que les hagan el trabajo sucio. Y si además, la mafia esta dirigida por Takeshi Kitano, no hay nada más que hablar.
Para descargar los datos, Johnny necesita tres imágenes aleatorias copiadas durante la carga de datos pero en el ataque de los Yakuza, dos de las imágenes caen en manos enemigas. Comienza entonces una carrera para entregar esa información antes de que sea demasiado tarde. En su periplo conoce a Jane (Dina Meyer). De ella sólo sabemos que trabaja en un bar de mala muerte pero nada más. No sabemos si es camarera, bailarina, prostituta... algo, dime algo, necesito saber de los personajes para empatizar con ellos. Lo único que nos cuentan es que Jane tiene el STN, Síndrome del Temblor Negro, una especie de virus que ataca a todos aquellos que lleven en su interior algún tipo de mecanismo electrónico.
Johnny conoce a J-Bone (Ice-T) jefe de los Lotecs. La resistencia que lucha por derrocar el régimen establecido. Y aquí descubre que los datos que lleva en su interior son la cura para el STN. Se establece una lucha entre la individualidad de Johnny y la responsabilidad de poder salvar millones de vidas. Pero esto tampoco lo vemos en la pantalla, los cimientos están ahí pero la casa está torcida. La relación de amor que se establece entre Johnny y Jane debería reforzar la decisión de obtener la cura por encima del bienestar del sujeto. Pero nada de esto existe en la película.


El personaje de El Predicador (Dolph Lundgren, en la foto) es un símbolo de la hipocresía de la sociedad americana. Es uno de los pocos personajes buenos de la película. Se cree un enviado de Dios para propagar su palabra pero sólo es un pobre loco que es más máquina que hombre. Mata a sus víctimas crucificándolas mientras les suelta un sermón sobre el bien y el mal. Tiene toda esa violencia y referencia políticamente incorrecta que le falta a la película.
Cabe destacar la fantástica interpretación de , un delfín. El único ser vivo capaz de poder extraer la información de la cabeza de Johnny. Es la puntilla que nos da el guionista para demostrarnos que la naturaleza es más sabia que toda la humanidad junta.
Las escenas de acción están mal realizadas, son torpes y lentas. La cámara parece un espectador paralizado, en lugar de participar en ese movimiento. Ese mundo carente de jerarquía social es demasiado "light", hay una falta notable de violencia por parte de todos los personajes secundarios. Los Yakuza deberían infundir miedo haya por donde van, mostrar una violencia más visceral, exagerada y manual, no entrar en una habitación y matar a todos los presentes a golpe de metralleta. Como diría el Joker: "Las pistolas son demasiado rápidas, no te dejan saborear todas esas pequeñas emociones"
Los actores están mal dirigidos, aunque dirigir a Keanu "cara-hielo" Reeves no tiene que ser fácil. Nota mental: hacer un concurso de actores con menos registros de la historia del cine.
El final no lo voy a contar por si alguien tiene la curiosidad de volver a ver esta película, aunque después de leer esto seguramente no os queden demasiadas ganas. Aunque si la película ha pintado en bastos durante todo su desarrollo, el final no va a ser diferente.
"La película es un análisis crítico de hoy visto desde un futuro muy próximo. Todos tenemos que cuidarnos mucho de no perder nuestra humanidad en esta época de información y velocidad"- William Gibson. Que pena que no veamos nada de esto en la película. Una lastima que el Gibson guionista no sea tan bueno como el Gibson escritor. Pero bueno, no se puede tener todo en la vida. Aunque lo intentemos.

Nota: 4.

No hay comentarios:

Publicar un comentario