miércoles, 24 de noviembre de 2010

The box, la caja de Richard Kelly

Un hombre llega a tu casa con una caja. Dentro hay un dispositivo con un botón. Si aprietas el botón ocurrirán dos cosas. Primera, un persona que tú no conoces morirá, y segundo, tú ganarás 1 millón de dólares. Este es el punto de partida de la tercera película de Richard Kelly.

El argumento está basado en un relato corto de Richard Matheson publicado en 1970 y titulado "Botton, botton". Aquí os dejo el enlace para que podáis leer el relato traducido al castellano (Podéis leerlo sin problema, la película difiere mucho del relato):

Matheson es uno de los escritores más importantes e influyentes en cuanto a ciencia ficción y horror. Una de sus obras más conocidas "I am legend" ha sido llevada a la gran pantalla en numerosas ocasiones, al igual que la adaptación de "El increible hombre menguante". También ha participado como guionista en la serie televisiva "La dimensión desconocida" (The Twilight Zone). Y tampoco hay que olvidar la magnífica "El diablo sobre ruedas", la primera película de Steven Spielberg.

Al pobre Richard Kelly le pesa demasiado el éxito de su primera película "Donny Darko". De la noche a la mañana paso de ser un desconocido a uno de los directores con mayor proyección de futuro y esto es algo muy difícil de llevar y muy injusto. Injusto porque serás mirado con lupa por gente del cine, críticos, espectadores y siempre compararán tu última película con la primera. Pero yo creo que es un buen director y sino tiempo al tiempo.

Lo primero que llama la atención en la película es la fotografía y la ambientación. Yo soy de la opinión de que todas las películas deberían estar ambientadas en los 70, la luz, las casas, los decorados, el vestuario.. todo me parece más bonito. Situar el argumento en esos años y en ese tipo de familia perfecta estadounidense creo que es un acierto porque siempre que ves algo perfecto sabes que la mierda está escondida por algún lado. La luz difuminada lo envuelve todo como si estuviéramos viendo una ensoñación hace que el espectador acepte la ficción dentro de la realidad. El papel pintado del hogar apoya todas esas simetrías en los planos, mostrando esa sociedad encajonada en el sueño americano.


Poco a poco vamos descubriendo la conspiración alienígena y la verdadera utilidad del botón. La atmósfera es cada vez más enrarecida, todos los secundarios parecen sospechosos y la tensión aumenta a cada minuto. Este juego resulta apasionante para el espectador que no sabe lo que ocurre ni como va a acabar, pero entonces da la impresión de que el guión se le va de las manos. Opta por la salida fácil y muestra demasiado, todo el misterio inicial se pierde, y acaba por contarte más de lo necesario. Hay que dejar alguna incógnita para que la rellene el espectador, si se lo cuentas todo, se siente insultado. Como decía Billy Wilder: "A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones".

Al final, la película de ciencia ficción se convierte en un thriller y se rompe el ritmo de la narración. Los protagonistas buscan la verdad a toda costa llegando a actuar de manera irregular e inverosímil. La conclusión no es sorprendente, porque se ve venir, pero tampoco defrauda. Mantiene la lógica que ha llevado a lo largo de todo el argumento.

Los actores son uno de los problemas más importantes de la película. No me creo a Cameron Diaz en ese papel de madre modelo, todo el trasfondo psicológico del personaje no pertenece a esa cara, y tampoco al flojo James Marsden que se tambalea entre el estatismo y la búsqueda de la verdad. El guión trata mal a estos personajes, no crean ninguna afinidad con el espectador, da igual que les pasen cosas buenas o malas, no hay empatía ni te sientes identificado con ninguno de los dos. Además los mejores personajes son para los secundarios, el misterioso Arlington Steward (Frank Langella), el hombre que va de casa en casa ofreciendo el dispositivo del botón. Y el inquietante Charles (John Magaro), un joven que con un simple gesto de manos es capaz de helarte la sangre.

Aún con sus fallos, "The box" es una buena cinta de ciencia ficción. El guión podría estar un poco más pulido pero es resultón. La dirección es impecable, el ritmo, y sobre todo la atmósfera creada por Kelly que es lo más acertado del film.

Nota: 7.


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