domingo, 19 de diciembre de 2010

"Predator", la ley de la selva


Que no os lleve a engaño que el protagonista sea Arnold Schwarzenegger y que salga un bicho muy feo, "Predator" es una gran película porque John McTiernan es un gran director.

Parece mentira como algunas películas son capaces de detener el tiempo y vistas después de muchos años de su estreno siguen siendo muy actuales. Hoy en día estamos acostumbrados a un tipo de cine de acción y aventuras en el que lo más importante es la espectacularidad conseguida a través de complejos efectos digitales olvidándose por completo de todo lo demás. El argumento y los personajes siempre tienen que ser lo más importante porque es lo más difícil de crear y lo que va a conseguir que el espectador no se levante de su butaca.

"Depredador" destaca por su visceralidad y salvajismo, pero no entendido desde un punto de vista gore, sino desde un sentimiento primitivo. Es la lucha entre el hombre y la naturaleza. La ley del más fuerte. Hombre enfrentándose a lo desconocido. El cazador más implacable de la naturaleza se convierte en la presa de una entidad superior. Y todo esto lo vemos de una manera muy sencilla, sin grandes artificios ni edulcorantes, un disparo directo a la cabeza del espectador. No estamos ante una película para pensar sino para disfrutar.


John McTiernan hizo "Depredador" en 1987. Fue su segunda película, y fue un rotundo éxito de taquilla y de crítica. McTiernan ha nacido para realizar este tipo de películas, demuestra un control absoluto del ritmo y el tiempo de la acción. Sabe donde acelerar la narración o donde estancarla y lo hace todo de manera magistral.

La muestra es visible desde la primera secuencia. Una nave extraterrestre llega a través del espacio hasta el planeta Tierra. Y a continuación los comandos llegan volando en su helicóptero. El director establece un enfrentamiento igualitario en terreno neutral. Dos depredadores fuera de su coto de caza y que no están acostumbrados a luchar en un lugar de esas características. La película empieza y termina en la selva. No sabemos en que selva están, ni en que país, e incluso podría ser otro planeta (punto de partida de la última entrega, "Predators" dirigida por Nimrod Antal). Esto consigue crear un ambiente claustrofóbico y asfixiante, apoyado por la falta de información de la misión.

Algunas personas achacan un problema en la falta de tratamiento de los personajes. Sabemos poco sobre ellos, pero sabemos todo lo que necesitamos. Son mercenarios, trabajan por dinero, no son asesinos (dicho en la película) y son los mejores. La presentación de personajes se realiza de camino a la selva, es simple y directa. Son tipos duros pero llevan tiempo juntos, estableciendo unos lazos muy fuertes de compañerismo. Arnold Schwarzenegger es perfecto para el papel de Dutch y puede ser una de sus mejores interpretaciones, por supuesto detrás de Terminator.


Algo que llama la atención en la película, y que creo que es un acierto, es que tenemos que esperar 51 minutos para ver al Depredador físicamente. Hoy en día estamos acostumbrados a ver al "bicho" en los créditos, perdiendo mucha tensión. Todo ese clima de terror y suspense se pierde al conocer el otro lado. El miedo a lo desconocido. El conocimiento del ser alienígena es paulatino, vemos su visión térmica, luego su capacidad de copiar sonidos y voces (aprendizaje), su camuflaje. Una perfecta manera de enganchar al espectador para que siga el rastro de miguitas que el director le va dejando.

El primer ataque del comando a los milicianos, nos enseña su manera de actuar. Son un pequeño ejercito muy bien preparado y letal. Pero lo más importante es que nos muestra como el Depredador estudia a su enemigo, aprende sus movimientos y su forma de atacar, es la naturaleza en estado puro. A partir de este momento, el enemigo sabe que juntos son una máquina perfectamente engrasada pero solos son débiles. Establece un ataque específico, uno por uno, apología del divide y vencerás. Y cada baja en el grupo supone un golpe muy duro para los que quedan. Incluso llegan a perder los papeles y arrasan la selva a golpe de metralleta en una de las secuencias más inolvidables del cine de acción. Un acto más propio de aficionados que de soldados experimentados, pero demuestra sin lugar a dudas que no están preparados para enfrentarse a un enemigo tan superior.


A partir de este momento comienza una cuenta atrás, la huida para llegar al punto de encuentro con el helicóptero que les sacará de ese lugar pero todos irán cayendo por el camino hasta que sólo quede uno, Dutch.

El último enfrentamiento entre Dutch y el Depredador, es sin lugar a duda lo mejor de la película. El desafío entre hombre y naturaleza. Despojarse de toda la tecnología, una lucha cara a cara, utilizando sólo las manos y el ingenio. Incluso el Depredador se quita la máscara para mostrar su verdadera cara. Y al final cuando vemos al alien herido y escupiendo sangre fluorescente, Dutch siente pena por el derrotado porque el duelo ha sido digno y lleno de honor.


Nota: 8.

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